Vamos a ofrecer información sobre qué tipo de hipoteca interesa más, si la de tipo variable o la de tipo fijo. Una pregunta que se hace mucha gente y para la cual los notarios podemos ayudar.

Para elegir qué préstamo hipotecario le interesa más, si a tipo fijo o a tipo variable, tendrá que entender y analizar las características de cada uno, y tener en cuenta las condiciones que ofrecen. Además de qué significa cada tipo de interés, también es importante saber que se ofrecen condiciones diferentes en función del tipo de interés de elección. Para elegir correctamente, tendrá que tener en cuenta factores como el plazo y la cuota, sus perspectivas económicas y su situación personal. 

También se debe valorar si tenemos previsto cancelar la hipoteca antes de su finalización, con lo cual será necesario valorar es posibilidad y sus consecuencias al realizar este tipo de operación.

Interés a tipo fijo

El interés fijo es el que mantiene el tipo de interés constante durante todo el plazo del préstamo hipotecario y no depende de índices externos. Por lo tanto, será el mismo durante toda la vida del préstamo. 

Las ventajas del interés a tipo fijo son múltiples. El hipotecante sabrá desde el momento en el que firma cuánto tendrá que pagar cada mes, ya que las cuotas mensuales serán siempre  las mismas, de modo que no se arriesgará a tener que pagar más si el índice de referencia sube. Además, actualmente el interés es muy atractivo. 

Sin embargo, el interés a tipo fijo también tiene inconvenientes. Normalmente, las entidades bancarias ofrecen un tipo superior al que se establece en aquel momento de las hipotecas a tipo variable. Actualmente el euríbor está en números negativos, de modo que el interés en tipo fijo está muy bajo también. Sin embargo, entre las condiciones que se establecen, los plazos de amortización acostumbran a ser más cortos, ya que no acostumbran a ser superiores a 30 años, y en general la hipoteca en tipo fijo tiene más comisiones. Por ejemplo, la amortización anticipada del préstamo acostumbra a ser más cara. 

Interés a tipo variable

El interés variable es el que se revisa periódicamente y se ajusta a las condiciones del mercado en cada momento de acuerdo con algún índice de referencia, que normalmente es el Euríbor. Por lo tanto, al estar ligado a un índice de referencia cambiante, el interés aumentará o se reducirá en función del valor de mercado. El tipo se revisará anualmente o cada seis meses, dependiendo de lo contratado en la concesión del préstamo hipotecario. 

El interés a tipo variable tiene ventajas. En el momento de contratación, el tipo de interés inicial normalmente es inferior al de las hipotecas a tipo fijo. Es conveniente si el índice cotiza bajo, como hace actualmente el Euríbor, que está en números negativos. Además, las condiciones acostumbran a ser más favorables, ya que se suelen ofrecer plazos de amortización más largos, hasta los 30 años o más, y tienen menos comisiones. 

Sin embargo, el tipo variable también tiene inconvenientes, ya que si los intereses suben se corre el riesgo de tener que pagar una cuota mayor. Las cuotas son inestables, ya que como el interés depende del euríbor, podrán cambiar en cada revisión. Por lo tanto, existe el peligro de que a largo plazo puedan resultar más caras, ya que si el Euribor sube mucho, las cuotas se encarecen, y esto puede suponer tener que pagar más que con interés fijo. 

¿En qué tengo que basar mi elección?

Como hemos descrito anteriormente, cada tipo de hipoteca tiene sus ventajas y desventajas, de modo que tendrá que elegir en función de su situación personal y de sus perspectivas económicas cuál es la que más le va a beneficiar. En definitiva, tendrá que tener en cuenta aspectos objetivos, como son las condiciones de la hipoteca o las predicciones del euríbor, y otros más subjetivos, como el grado de seguridad que requiera usted para estar más tranquilo. 

Al final, la decisión la tendrá que tomar en función de la tolerancia que tenga al riesgo y de la incertidumbre que pueda soportar. Si usted es una persona que no se quiere arriesgar y que prioriza la estabilidad, la hipoteca a tipo fijo le dará la certeza sin cambios que necesita, aunque suponga pagar en principio más intereses. Si, por el contrario, quiere pagar menos intereses, no le importa arriesgarse y es capaz de asumir una subida importante de las cuotas si el Euribor cotiza a la alza en un futuro, puede que su mejor opción sea una hipoteca variable.  De hecho, las previsiones apuntan a que el euríbor seguirá bajo durante un mínimo de cinco años, así que si lo que le interesa es devolver el dinero en un tiempo relativamente corto, de diez o quince años, actualmente la mejor opción podría ser la de tipo variable. 

Al final, el perfil económico, social, familiar y psicológico del hipotecante juega un papel muy importante. Por ejemplo, a un empresario con experiencia que tenga capacidad de generar ingresos de forma creciente y pretende ahorrar e invertir y hacer amortizaciones parciales periódicamente, le puede ser más idóneo el tipo variable. Por otro lado, una pareja de funcionarios de perfil de inversiones conservador podría ser candidata ideal para un préstamo hipotecario a tipo fijo, ya que ofrece la seguridad de saber lo que se pagará cada mes durante las décadas que se mantenga la deuda con el banco. 

Recomendaciones complementarias

Si quiere tener más información sobre la formalización de un préstamo hipotecario, puede leer nuestro artículo sobre el acta de transparencia o sobre la documentación que se necesita para formalizar el préstamo. 


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