La figura jurídica del notario existe desde que quedó regulada en la Ley del Notariado en el año 1862, siendo actualmente imprescindible para formalizar todo tipo de procedimientos en los que es necesaria su firma. La palabra notaría proviene del latín «notare» que significa «escribir» o «designar». En la actualidad los servicios notariales tienen un papel clave en infinidad de actos y hechos entre personas. Y es el notario el encargado de comprobar, legitimar y dar fe pública a todos estos actos.

¿Qué es un notario?

El notario es un funcionario público del Estado al servicio público. Está obligado a proporcionar seguridad jurídica a sus clientes y es el encargado de comprobar hechos concretos pactados previamente entre personas. Además de legitimar y dar fe pública de todo ello. Proviene del campo del Derecho, por lo que puede ejercer en cualquier modalidad para las que esté autorizado. Tiene como responsabilidad prevenir cualquier tipo de fraude y es un testigo imparcial a la hora de certificar la autenticidad de cualquier documento. El notario depende de la Dirección General de los Registros y del Notariado (DGRN) que pertenece al Ministerio de Justicia.

Así pues el notario tiene una doble característica:

  • Forma parte del funcionariado público
  • Además de ser profesional del derecho

Estas 2 cualidades garantizan su independencia y le autorizan a ejercer la fe pública. Esta fe pública notarial tiene un doble contenido:

  • Respecto a los hechos: afecta a la exactitud de lo que ve, oye o percibe
  • Respecto al Derecho: Garantiza la autenticidad y fuerza de las declaraciones de voluntad de las partes y todo lo redactado conforme a las leyes.

Los usuarios tienen la potestad de elegir el notario. En España tenemos más de 3000 notarios y su radio de acción abarca desde la gran ciudad hasta los lugares más recónditos. Además existe una guía de notarios, a la que cualquier persona puede acudir en caso de tener que verificar la autenticidad del mismo.

Funciones

Un notario tiene innumerables funciones. Quizás las más conocidas sean las de intervenir en la firma de una hipoteca o la de formalizar un testamento. Sin embargo la figura del notario está presente en muchas otras situaciones como por ejemplo:

  • Elaboración y trámites de escrituras públicas.
  • Autenticaciones (incluyendo copias o firmas).
  • Fe de vida (testimonio escrito de la supervivencia de una persona).
  • Corrección de errores en las escrituras públicas.
  • Conservación y almacenamiento de los archivos notariales.
  • Redactado de notas de referencia (cuando afecten a otras escrituras)
  • Asesor jurídico de las partes (art. 147 del Reglamento Notarial)
  • Elaboración de escrituras públicas para la cancelación de hipotecas.
  • Almacenar y abrir posteriormente los testamentos cerrados.
  • Reconocimiento de documentos privados, dejando constancia del contenido del documento y de la manifestación de la persona interesada.

Intervenciones del notario

Un notario puede estar presente en infinidad de hechos, asegurándonos la validez legal y jurídica antes de acudir a cualquier pleito.

Entre las intervenciones de un notario destacamos las siguientes:

  • Hacer testamento, declaración de herederos, envío de fichas al registro de últimas voluntades, información a los beneficiarios de  herencias o legados desconocidos y la participación en el pago de impuestos sucesorios.
  • Arrendamientos y compraventas.
  • Comunicaciones al ayuntamiento de nuevas fincas creadas o de su transmisión.
  • Constitución de usufructos y rentas.
  • Firma de hipotecas.
  • Formación del catastro inmobiliario de fincas.
  • Disolución de una sociedad conyugal, reconocimiento o emancipación de un hijo, divorcios o bodas.. etc.